Lozano
Apellido castellano, oriundo de las montañas de Burgos, desde donde se fue
extendiendo por numerosos puntos de la PenÃnsula, en especial, en Aragón,
Murcia, AndalucÃa, La Mancha y Extremadura. Los de este linaje correspondiente
a la rama de Vizcaya, muy pronto pasaron a Navarra y Asturias. Pasó también
a América, especialmente a Méjico y Venezuela.
Lozano es linaje muy antiguo que viene desde los tiempos del Cid Campeador
y se reconoce como su fundador a Bugo Lozano, de quien fue descendiente don
Raimundo Lozano, natural de Segovia, secretario del rey don Fernando III "el
Santo", miembro de su Real Consejo y su confesor, que acabó siendo arzobispo
de Sevilla, cuando esta ciudad fue tomada a los moros en el año 1.248.
El Conde Lozano, señor del castillo de Gormaz, fue el padre de doña
Ximena, la esposa del Campeador. Su nombre verdadero era el de don Gómez
de Gormaz, gran privado que fue del rey Fernando I y que continuó siéndolo
del hijo de aquel monarca, don Sancho II. Ahora bien, el conde don Gómez,
aun de edad algo avanzada, continuaba siendo tan bravo como lo fue en su juventud,
se mostraba en él tal fuerza y vigor, que nadie le conocÃa por
otro nombre que por "Lozano" y asà lo que comenzó en apodo, finalizó
en apellido.
De siempre, los caballeros de este linaje acompañaron a sus reyes en
cuantas empresas bélicas fueron emprendidas por ellos y asà entre
los ricoshombres que iban con el rey don Pedro, de Aragón, en la batalla
contra Carlos, rey de Sicilia, hay constancia de que se distinguió notablemente
en dicha lid, un caballero apellidado Lozano, hasta el punto que el rey, agradecido
a sus servicios, le hizo merced de numerosos privilegios.
Pedro Lozano fue otro ricohombre que acompañó al infante de Aragón
cuando en el año 1.265, este fue a la frontera del Marquesado de Villena.
MartÃn Lozano asistió a las Cortes de 1.414 y asà consta
en los registros y en la sentencia dictada por la Real Audiencia del Reino de
Aragón, fechada el 28 de mayo de 1.566 en favor de don Miguel de Lozano,
vecino de Luna.
En lo que se refiere a los Lozano procedentes de la casa de Aragón,
se distinguieron en la conquista de Murcia y después en la de Jumilla.
Uno de ellos, don Gaspar Lozano, encontró heroica muerte en el campo
de batalla. Otro, don Pedro Lozano, se estableció en dicha región, fundando
casa solar de la que tuvo numerosa descendencia. De esta casa procedieron don
Esteban Lozano y don MartÃn Lozano, que fueron capitanes de los Ejércitos Reales,
asà como fray Juan Lozano que se dedicó a la carrera eclesiástica y llegó a
ser Obispo de Mazara y posteriormente arzobispo de Palermo. Y por ausencia del
virrey de Sicilia, que era el Marqués de Villafranca marchó a contrarrestar
al Duque de Vivona y lo hizo con tanto celo y acierto que se le hizo llegar
una Real Cédula por la que el rey le daba las gracias, con fecha 20 de julio
de 1.676. Por su parte, un hermano del anterior, don MartÃn Lozano, eligió la
carrera de las armas, distinguiéndose por su valor y arrojo comprobado en cuantos
combates intervino en las campañas de Portugal, Aragón, Cataluña y en el Ejército
de Italia, muriendo cuando era gobernador del castillo de Catania.
En Sicilia, otro Lozano también llevó a cabo gloriosos hechos de armas: se trató de don Fernando Lozano y Avellán, que fue capitán del Tercio de InfanterÃa de Sevilla.
Don Fernando Lozano Gaytán fue caballero de la Orden de Calatrava y Coronel de Dragones, Oficial de la SecretarÃa del Despacho de la Guerra, en el Consejo del Rey.
De la rama castellana conviene citar a Cristóbal Lozano, que, al contrario que los anteriores, no fue hombre de armas, sino de pluma. Nacido en el año 1.609 estudió en Alcalá de Henares, donde estuvo enamorado de cierta dama de la que únicamente se conoce el nombre, doña Serafina y en recuerdo de aquellos amores escribió su obra "Las Serafinas". Más tarde, se ordenó sacerdote y fue párroco de la Iglesia de San Salvador de Lagartera, en Toledo, desempeñando más tarde varios cargos eclesiásticos. Viajó mucho y entre sus amistades se contaron Calderón y Pérez de Montalbán. Dejó una estimable producción literaria, sobre todo del género histórico, entre las que pueden citarse a "David perseguida" extensÃsima novela dividida en tres partes: "Las persecuciones de Lucinda", "Soledades de la vida" y "Desengaños del Mundo", que llegaron a editarse hasta catorce veces y fueron las que dieron gran renombre a este autor. Baste con decir que su personaje Lisandro, fue el que inspiró al poeta Espronceda para escribir su obra "El estudiante de Salamanca", cultivó también
la poesÃa. Como su obra más conseguida se cita a "Los Reyes Nuevos de Toledo", una conjunción de descripciones de Toledo, biografÃas de los monarcas enterrados en la Capilla de los Reyes Nuevos y varias leyendas toledanas que influyeron poderosamente en la generación
romántica, especialmente en el poeta Zorilla.
De las ramas de este apellido que pasaron a América, deben
citarse, entre otros;
A Don Juan Lozano Valdez, politico, vigoroso luchador social a partir de la revolución mexicana, persona que compartió la lucha armada con Emiliano Zapata y posteriormente le regaló el famoso caballo Flor de Durazno a Doroteo Arango mejor conocido como Pancho Villa. En una visita que dió al bajÃo conoció a la Srta. Margarita Blanco, hija de padres españoles, con los cuales procreó dos hijos, de nombre Juan y Leandro. De la familia de Juan Lozano resurje el origen del apellido Lozano en cuanto a su nobleza y su aspecto beligerante y polÃtico;
A Abigaiel Lozano, buenÃsimo poeta venezolano;
A Juan Lozano, escritor colombiano, y como polÃticos destacados americanos;
A Jorge Tadeo Lozano, que fue un patriota colombiano enfrentado a la Corona española, apóstol de la independencia colombiana y que, al caer en poder de las tropas realistas, fue ejecutado en 1.816;
A Julio Lozano DÃaz, un polÃtico hondureño que llegó a ocupar la jefatura del Estado que gobernó dictatorialmente hasta que fue derrocado y en fin, el apellido cuenta con numerosos personajes americanos cuya lista serÃa demasiado extensa para consignarla aquÃ.
Armas
Los de Castilla traen: En campo de plata, cuatro fajas de azur; bordura de azur, con siete armiños de sable
Los de Asturias traen: En campo de gules, tres torres de oro, puestas en faja; bordura de plata, con tres flores de lis de azur.
Los de Sevilla, Méjico y Venezuela traen: De oro, sembrado
de armiños de sable.
El Emperador D. Carlos I concedió, por privilegio dado
en Madrid a 21 de Diciembre de 1539, el siguiente escudo de armas a D. Pedro Lozano, vecino de Tenochtitlán (Méjico):
En campo de gules, una fortaleza sobre seis gradas de piedra; bordura de azur, con cuatro lanzas quebradas por el centro y puestas cada una en aspa
Los de Italia: En campo de plata, una cruz llana, de gules.
Los de Aragon traen :
Los de Zaragoza, Mallón, Ateca y Valdelinares: En campo
de oro, una banda de gules engolada de dragantes de sinople y
acompañada de dos lobos de sable, uno a cada lado.
Los de Sos del Rey Católico: Escudo cuartelado, 1º y 4º, de
oro, tres bandas de gules; 2º y 3º, de gules con cinco puntas de lanza,
de oro, puestos en sotuer..